bóveda craneal es muy sencilla; regularmente cóncava, presenta en su cara interior surcos y excavaciones que corresponden a las arterias y a los senos venosos, respectivamente. La base de la cavidad craneal se articula por su parte externa con los huesos de la cara, y por su parte interna presenta tres niveles que determinan la fosa frontal, la fosa media y la fosa occipital. Estas tres fosas están dispuestas como los peldaños de una escalera; el escalón más alto es la fosa anterior o frontal y el más bajo la occipital. El compartimiento anterior alberga los lóbulos frontales; el medio el mesencéfalo y la hipófisis, alojada en la silla turca del esfenoides; y el posterior el cerebelo y bulbo raquídeo. Existen en la base del cráneo numerosos orificios por los que atraviesan elementos nerviosos y vasculares. Los más importantes son: el agujero occipital, en el que se encuentra el bulbo raquídeo que se continúé con la médula espinal; el agujero óptico, por donde pasan el nervio óptico y la arteria oftálmica; la hendidura esfenoidal, atravesada por varios nervios y vasos que se dirigen a la órbita; los agujeros de la lámina cribosa del etmoides, que permiten el paso a los filetes nerviosos del nervio olfatorio; el canal caro-tídeo, recorrido por la arteria carótida interna; el conducto auditivo interno, atravesado por el nervio auditivo; y los agujeros rasgado posterior y anterior, oval, redondo, etc., por los que pasan diversas estructuras. En ciertas malformaciones congénitas puede afectarse el cráneo; en la anencefalia, por ejemplo, falta parte de la bóveda craneal. El crecimiento del cráneo depende en gran manera del crecimiento del cerebro. La detención de este crecimiento puede dar lugar a una microcefalia. La hidrocefalia durante las primeras semanas de vida se manifiesta por la distensión de las fontanelas, con el agrandamiento del cráneo en todas direcciones. La oclusión prematura de una o más suturas craneales, o craneosinostosis, ocasiona deformidades de la cabeza que pueden lesionar el cerebro. Otra malformación es la osteoporosis craneal congénita o craneotabes, que determina un reblandecimiento del cráneo. Las lesiones adquiridas más frecuentes son las traumáticas, contusiones y fracturas, por choque directo o por contragolpe. La frecuencia de traumatismos craneales ha aumentado considerablemente, constituyendo en la actualidad una de las causas principales de mortalidad y morbilidad. Es importante el ingreso de la persona traumatizada para someterla a vigilancia durante 24 o 48 horas, para controlar la posible aparición de complicaciones. Toda lesión de la caja craneal tiene una importancia considerable ya que el cerebro puede quedar afectado,
